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MEDIUMNIDAD

¿Qué ocurre cuando acaba la vida que conocemos? ¿Hay algo más allá de la experiencia que hemos vivido?


Mi experiencia me indica que sí lo hay. Que hay más y que a veces las almas que se van pueden necesitar ayuda para transcender, para dejar atrás lazos, emociones, personas e incluso bienes materiales.


Un médium es un facilitador de este proceso. Ayuda, guía y acompaña a aquellas almas que están desorientadas. perdidas o apegadas a sus vidas.
Es una experiencia de amor muy bonita. Es hermoso poder ayudar a otros a encontrar su lugar, a llegar "a casa" para sentir de forma apacible y alcanzar la comprensión del significado de todo aquello que acaban de dejar atrás.
Aporta calma y serenidad a aquellos que sufrían.


En ocasiones, cuando dejamos nuestro cuerpo físico para morir, sentimos que han quedado muchas cosas pendientes. Emociones no trabajadas, ira, tristeza, miedo y necesitamos cerrar temas que han quedado pendientes con familiares, amigos o parejas. El médium puede contactar con esa alma, entregar mensajes, tanto de un lado como del otro, y ayudar a cerrar aquello que esté pesando, tanto a los unos, como a los otros, dando paz y calma al alma que debe marchar y a la que debe seguir con su experiencia de vida.


¿En qué consiste el trabajo de médium?


Hay casos de muertes trágicas, como accidentes, abortos o suicidios en que el alma no es consciente de haber abandonado su cuerpo. En esos casos necesitan de un guía que les haga comprender dónde están y los guíe al lugar que les corresponde. En el caso de donación de órganos, podemos añadir a la muerte trágica, ya que suelen ser casos de accidentes de tráfico, el hecho de que hay una entrega energética a otra persona. Si esa transacción no se hace de forma deliberada y consciente, puede producir rechazos en el receptor.

Otro de los casos en los que un médium puede ayudar es cuando, tras la muerte de una persona, quedan rencores, culpa, ira u otras muchas emociones debido a experiencias de vida que han dejado huellas. Se puede armonizar la energía de ambos afectados (el alma que se va y la persona que se queda) mediante un trabajo de perdón y equilibrado de energético.

En ocasiones en las que no se puede estar cerca de la persona que va a morir o acaba de morir, por distancia o enfermedades y realmente quisiéramos estar cerca para despedirle y acompañarle, el médium puede hacer de puente para transmitir mensajes y guiar en esos momentos difíciles de transición.


La esencia del hombre es su espíritu; su sabiduría, su luz, su amor. Aquello que nos hace sentir vivos.
 

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